jueves, 27 de noviembre de 2014

Capítulo 1. Tempestad | La historia de un escualo|

Fanfic


Título: La historia de un escualo.
Autor/a: @SrMichaelis.
Sinopsis: Una historia de amor un tanto rara entre un tiburón y un delfín.
Capítulo: 1/Tempestad.
Géneros: Lemon, hard yaoi, yaoi, romance, drama.
Personajes: Haruka Nanase, Rin Matsuoka.
Notas:
Este fanfiction va a contener escenas con mucho lemon y puede que no sea apto para todos los públicos pero no puedo obligaros a no leer esas partes por lo que luego no me lloréis.
¡Hola a todos! Voy a hacer este fanfic gracias a que he tenido una buena experiencia con mi rol de Rin y me han gustado varias escenas, las cuales me parecían interesantes compartir con todos vosotros ya que podría gustaros. Aviso a os navegantes que será una historia de Rin y Haru por lo que a los que no les guste esta OTP no lo leáis, pero si puede haber salseo entre ellos. Debido a esto, todo lo que salga en este fanfiction será de mi cosecha y la de mi compañera de rol que me va a ayudar a recordar aquellos momentos de rol, ya que ha pasado tiempo desde que los roleamos.
De momento voy a hacer la historia con la primera persona de Rin Matsuoka ya que es el personaje el cual roleaba y sigo roleando. Puede que la personalidad de este no sea completamente la que le han dado en la serie, novela... pero es la que me gustaría que tuviera, aunque igualmente acepto críticas de si os gusta o si debería cambiar algo de ella. Debo avisar desde ya que para mi Rin es seme o eso me parece, a si que no os esperéis a un Rin ukaza. No voy a empezar desde el principio ya que en el rol empezamos de manera muy rara y me gustaría empezar por una parte donde hay muchos más feels y más cosas con las que trabajar.
Escualo = tiburón.
Espero que os guste y que lo disfrutéis ya que lleva todo mi amor en él c:
Por favor, si os gusta hacédmelo saber para seguir con la historia o no, gracias c:

Capítulo 1

Tempestad


Todo esto empezó en mi último año en la escuela primaria. Mi mejor amigo y yo nos enfrentamos en una pequeña competición para probar cual de los dos era mejor nadador, y aunque ya habíamos competido en otras ocasiones nunca fue como aquella, ya que siempre que lo hacíamos era en el mismo bando. Haru no se lo estaba tomando tan a pecho como yo, pero cuando vi que su pequeña e inocente mano tocó la pared antes que la mía, mi mundo se oscureció por completo, haciendo que aquella pequeña y tonta competición se convirtiera en una obsesión para mi, dejándome sin más opción que alejarme de él. Es por eso que acabé en el extranjero. Allí pude mejorar mis habilidades en el agua, pero a pesar de ello mi mente nunca dejaba de recordarme aquella maldita escena de como la mano de Haru tocaba aquella inalcanzable pared antes que yo, y sin poder evitarlo, avivaba más mis ganas de volver a competir contra él.

En ese momento no me daba cuenta de lo cabezota que llegué a ser y de como tiré varios años de mi vida a un vacío emocional, el cual nunca se llenaba. A pesar de que lo que os he contado pasó hace mucho, mis ganas por volver a enfrentarme a él no han disminuido. Ahora se que soy más fuerte, más rápido y que puedo contra él. Mi cuerpo ha llegado a un punto en el que es uno con el agua.
Bueno, a partir de ahora, todo lo que os he contado va a dar un giro de 45º o más, como una detorsión de la bilateralidad, llegando incluso hasta los 180º.


"Suddenly I'm not half the man I used to be
There's a shadow hanging over me
Oh, yesterday came suddenly.
Why she had to go?
I don't know, she wouldn't say
I said something wrong
Now I long for yesterday"

Escucho la canción de "Yesterday" de The Beatles en mis auriculares mientras estoy tendido en mi cama siguiendo el ritmo de la música con los pies, golpeándolos contra uno de los barrotes de la litera. Acabo de llegar de Australia y hace unos días que ya estoy en mi escuela secundaria, la "Academia de Samezuka". Una de las cosas buenas de pertenecer a esta escuela es que mi hermana menor no está para darme la tabarra y es por eso que puedo disfrutar de la libertad.

Al llegar aquí me apunté al equipo de natación, el cual sin duda me ha recibido con los brazos abiertos, gracias a mis extraordinarios tiempos en el agua y a mi gran capacidad pulmonar. A pesar de que me ha ido tan bien en esta escuela aun no he podido enfrentar el gran problema que dejé aquí tiempo atrás, y eso está haciendo que no quiera ir a los entrenamientos y que me replantee dejar la natación. Necesitaba contárselo a alguien y se lo dije a mi hermana por teléfono, ya que es la única persona por el momento en la que puedo confiar, aunque se que ella va a tramar algo para yo no deje la natación.

Sin previo aviso y alborotando todos mis pensamientos, alguien está llamando a mi puerta de forma tan estridente que consigue superar el volumen de la música. Hacía poco que le había dicho a mi compañero Nitori que me dejara en paz y que nadie me molestara por un tiempo, así que me levanté lentamente de la cama, sin prisa, me puse las zapatillas y me dirigí hacia la puerta con desdén.

-¿Quién está interrumpiendo mi rato libre? Ya te dije Nitori, que no me molestaras - exclamo aunque se perfectamente que Nitori nunca tendría esa energía para llamar a la puerta y, desgraciadamente, sé quién puede ser...mi hermana.

Llevo mi mano derecha al frío pomo y me quedo pensando qué voy a decirle, ya que aun no he tenido la ocasión de visitarla, solo la había llamado un par de veces y seguro que estaba cabreada por ello. Giro la mano con miedo y abro unos centímetros la puerta, viendo la cara de mi hermana pegada a la pequeña apertura.

- ¡Déjanos pasar Oni-chan! - dice alegremente Gou. Cuando me doy cuenta de que ha dicho "déjanos" veo unos ojos azules clavándose en los míos, escudriñándome. "Oh mierda, no puede estar aquí" pienso para mis adentros y cierro la puerta de un golpe.

- Ahora mismo no puedo atenderos porque no estoy presentable... - Intento poner de excusa para librarme de la terrible tempestad que está apunto de llegar - Es mejor que vengáis en otro momento - y esto lo digo con total sinceridad, ya que mis sentimientos se empiezan a enmarañar y mi corazón está latiendo muy deprisa, como si llevara 5 minutos dentro del agua y me estuviera ahogando.

- ¡No seas mentiroso Oni-chan! He visto que vas vestido, a si que déjanos entrar - "Estoy acorralado" me digo ya que no puedo saltar por la ventana ya que hay demasiada altura. Apoyo la frente contra la puerta y doy un largo suspiro. "Nunca pensé que un tiburón pudiera ser acorralado por dos simples humanos".

- Tengo que calmarme, tengo que calmarme - susurro e intento controlarme con lo poco que tengo. Me armo de decisión y giro el pomo con fuerza, con el brazo tenso. - Esto no debería haber pasado así... - me susurro mientras abro dejándome indefenso delante de dos personas que, aunque me cueste admitir, me importan.

A pesar de la maraña de sentimientos que se está formando en mi interior, intento que en el exterior no se note lo más mínimo, mostrando mi cara y postura más dura. Hago que pasen los dos a la habitación y Haru no deja de mirarme ni un segundo, haciendo que me se me pongan los pelos de punta. Al parecer mi hermana no se está dando cuenta de lo que pasa ya que está mirando mi habitación atentamente, sin notar la tensión que había entra Haru y yo.

- ¿Por qué vas a dejar la natación? - rompe el silencio cortantemente Haru y siento como mi corazón da un vuelco. Gou se lo había contado y ahora Haru no le iba a dejar en paz con ello.

- Eso no es de tu incumbencia, además, yo puedo hacer lo que quiera - me giro hacia mi hermana y la señalo con ira - Y tu Gou, no cuentes mi vida privada por ahí - vuelvo mis ojos a Haru y empezamos una batalla de miradas. Frunzo tanto el ceño que llega a dolerme.

- ¿Es que aun no lo has superado? - "¿¡Qué ha dicho!?" grito en mi interior mientras siento cientos de agujas clavarse dentro de mi. Me flaquean las piernas un poco, pero consigo mantener la postura y hacer que no se note la lucha interna que estoy sufriendo en este momento. ¿De dónde ha sacado Haru esos genios? Que yo sepa nunca lo he visto decir algo igual, siquiera el modo en que pronunció esas palabras concordaba con él. Mis labios empiezan a temblar un poco por rabia pero consigo la fuerza para decir algo que llevábamos tiempo esperando los dos.

- ¡Quiero la revancha!

No hay comentarios:

Publicar un comentario